Esas fotografías osadas expuestas al calor diurno
esa herradura que se me antoja un irme atravesando con la voz de los ojos
la música que ya no suena si me pongo de bruces en el riel vacío de trenes
cierro los ojos para multiplicarme celebro letras
y luego basta que alguien me llame con otro nombre
y me hunda en la selva.
La fotografía es una hipótesis menuda, flequillo y niña dolorida
qué lámpara frotaría para desaparecerme
celebrar la mancha mas oscura de la tinta dónde el verso se desdibuja
préstenme la cuenta regresiva que despertaré
visitaré la jaula de los naúfragos redimidos por la muerte
resbalaré hechizada por esas cadenas sepias, esos brazos pequeños
sobre los hombros de los dedos prismáticos en la boca de la impostora
Lenguaje si me consagras que no sea en el adverso tropel de la contienda
he de zurcir mi alma celebrando el desvelo
con el único ojo abierto que me resta.
No, no era la oveja negra, caminaba sobre laureles
mi madre besaba mis manos y mi padre apartaba los fantasmas de mi sonámbula estirpe
me cubrian los pies con mantas de dulzura inoportuna
y traian mariposas para mi frente ardiente con aceitunas celestes.
La espléndida circunstancia de la prematuridad y la sobrevivencia
hoy son jardines famélicos, lebreles indómitos
me miro y despido laberintos en el desaseado teatro con galápagos crueles
por debajo de mí va el displacer de un títere sin escondrijo.
Nadie puede unirnos, nadie
la piel regresa y tiene musgo en el eco
de los olvidos imperantes.
Los días que se fueron son avispas a mansalva mientras lloras
y caes veloz y turbia como un beso sin boca.
Detrás del tiempo está el brillo de la memoria.
Las verdades oscuras del fémur ponen calabazas en el esqueleto roto.
Sólo la fotografía.
Húmeda.
Corro despavorida mientras la rompo cetáceo de la infancia
y se vuelve el rompecabezas desprolijo que fue su intento al desnacerse.
Nuestras placentas eran distintas igual que el RH.
Libélula tramposa, soy cero positivo, la sangre universal que aquí rebelo
para caer a horcajadas sobre tu RH negativo.
Por donde las escamas me permitan
seré la serpiente que corona los estridentes gallos sin oficio.
Eso lo haré hasta el último día que me mantenga lúcida
rompiendo los espejos dónde escriben impunes
los cuerpos cenagosos de la nunca levedad de la mentira.
Laura Inés Martínez Coronel
Na fotografia, sépia, aparece o esqueleto humano:
RX
A sinfonia faz estremecerem os tímpanos:
...na orelha interna
Os sabores maculam o céu da boca:
contato com o palato
A língua e os dedos te arrepiam:
reação sensorial cutânea
Os perfumes te inebriam:
és louca!
de Luiz Fernando Gaffrée Thompson
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