Es de tu cuerpo el límite de la frente?
Mueres gastado en las ramas de la nieve, cerca del mar oscuro donde tiemblan
las lenguas impacientes de la niebla
mueres cubierto de pentagramas con las manos de inmenso marfil
en el calor de los puños contemplando agua
en el giro de la nuez tu presencia gime
todavía llevas el pecho cargado de sonidos
las piernas de peces indestructibles.
En aquel lugar de poblaciones viajando hacia la esfera
en el severo hormigón de los hombros buscando espalda
toda abierta de pirámides
buscando el ardor intransigente de la especie
bailando en la cicatriz de las estrellas
toda húmeda de vértebras
loca
existente
nunca permanente
secreto grito de genitalidad con olor a fruta
barrotes de cárcel
en aquel hueco de miedo donde nos creíamos inmóviles
entonces haciamos incisiones crueles sobre intestinos ardiendo
y empapábamos la pared de espuma desolada
Por dentro de la razón circula el sueño
por fuera los cristales azules de las alucinaciones vagas
bastaba ser el café de la idea
el barro del aire
la piel de los ojos
los gatos que comían cepos sonriéndome
la entraña del frío
la cabeza fugitiva con hojas convocantes, lívidas
Buscándome
estabas
buscándote
en la herramienta mortal de la victoria secreta
donde todos los instantes son la vocación medular de la esperanza
Callar
para decir amor
callar para no decir fuga de riesgo
y otras desventuras en el herrumbre circuncidado de la puerta.
El universo sabe amputar la incomprensión
y deja en reposo los poros deshabitados de los árboles.
Lo inevitable sangra sobre los labios de la tierra.
de Laura Inés Martínez Coronel
Você ressuscita e espalha o calor do verão escaldante
você revive e sobe, com luxo e espada em riste
você renasce e renega tudo que é triste
você retorna à vida, refeito e elegante
A espuma sai de seu esperma e tomba sobre o transeunte
a alegria movimenta seus quadris em ritmo de samba dionisíaco
da terra saem eros e faunos e sátiros e baco
a mim, com este elixir do prazer e da criação, unte
Esqueçam todos os horrores da dor de viver
entreguem-se às loucuras das maravilhas
sexo, sons e superesposição: poder.
O elástico purpurinado excita a virilha
bebam a ogeriza e engulam o choro até esquecer
nada vale tanto quanto a loucura que se esvai da sua sagrada quilha
de Luiz Fernando Gaffrée Thompson
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